DOMINGO III DE ADVIENTO CICLO B
Domingo 14 de Diciembre de 2014
REFLEXIÓN
1.- Este domingo volvemos a ver a Juan bautizando en el Jordán.
Juan contestó: No. Yo soy LA VOZ.
La VOZ que anuncia una Buena Noticia: Entre nosotros está ya el Salvador! Viene tras de mí y yo no soy digno de desatarle la sandalia. Preparad vuestro corazón, allanad el camino, haced las cosas fáciles para que El pueda llegar hasta vosotros.
Podríamos aplicar a Juan lo que dice Isaías en la primera lectura: “El Espíritu del Señor está sobre mí. El me ha ungido para anunciar a todos la Buena Noticia”. Pero yo sólo soy la VOZ.
2.- Hay mucha gente, incluso nosotros que no tenemos en cuenta el verdadero sentido de la Navidad, pero lo olvidamos o no lo encontramos porque hay mucha oscuridad en nuestro corazón y muchos obstáculos en el camino que nos conduce hasta el Señor.
No sabemos cómo podemos ser la VOZ y dar un poco de Luz a las tinieblas que llenan tantos corazones.
En la 2ª Lectura, S. Pablo nos dice cómo podemos hacer las cosas:
+ Recordar que el Espíritu del Señor también está sobre nosotros, nos ha ungido con su presencia y nos ha encargado anunciar la Buena Noticia de que el Señor está entre nosotros. Anunciarlo con prisas, sin miedo, porque muchos no lo saben o no lo conocen.
+No apagar la LUZ que está en nosotros para que ilumine el corazón de todos los hombres.
+Apartarnos de toda maldad y quedarnos sólo con lo bueno.
+Permanecer en constante oración, en contacto continuo con el Señor.
+Vivir con alegría. No una alegría superficial y facilona, sino la que brota de nuestro corazón porque el Señor vive en nosotros.
3.- Nuestra manera de anunciar la Buena Noticia tiene que ser el ejemplo de nuestra vida:
+Procurando hacer las cosas bien, transmitiendo la bondad y la generosidad de Dios en cada una de nuestras palabras y nuestras acciones.
+Hacerlo todo con alegría, con una sonrisa, con un corazón acogedor, compasivo y misericordioso.
Que el Señor nos ayude a estar siempre alegres y en todo momento ser la VOZ que anuncia y recuerda su presencia salvadora entre nosotros.